15.6.15

¿Mi día favorito? Cuando juega las Palmas.

Creo que llevo toda mi vida engañándome.

Cuando me preguntan de qué equipo soy, siempre contesto que del de aquí, el de los colores azul y amarillo, el de mi isla. Ese por el que sufro, lloro, grito y aplaudo. Ese por el que dejo de salir un sábado, por el que gasto un paquete de pipas en menos de una hora, ese por el que ahorro durante un año para tener dinero y poder renovar el abono, siempre con la ilusión de que al año siguiente el dinero ahorrado tuviera que ser aún más.

Pero hoy, día 15 de junio de 2015, tras dos días de emociones encontradas, de esperanza, de optimismo...si me preguntan de qué equipo soy, diría que soy del equipo Manolo.

Manolo, mi padre. Ese señor que lleva más de 40 años yendo a los partidos de las palmas. Ese que defiende al equipo cuando todos a su alrededor le decían que no había nada que defender. Ese que es crítico y objetivo, que no se deja llevar por las opiniones decadentes. Ese que podría ser el entrenador, que siempre acierta cuáles deberían ser los cambios. Ese que nunca acude a los partidos claves, porque prefiere que vayan "los verdaderos aficionados", mientras él se queda en casa y se rompe los nudillos. Ese que siempre quiso tener un hijo para poder llevar al fútbol. Ese que pide por su cumpleaños una gorra, una toalla y unas cholas de su equipo. Ese que me dice que no sea "fanática", que no lo hacemos todo bien. Ese que llora cuando vamos ganando 4-0, jugando como los grandes, y me hace un gesto de "te mato como se lo digas a alguien". Ese que deja convencer de ir al 22J, que disfruta de los 90 minutos de un sueño hecho realidad, y se rompe al ver como todo se desmorona. Y no porque no lo hayamos conseguido. Se rompe por dejarse convencer, y ver como su hija sufre.

No soy de la UD. Las Palmas por casualidad. Podría haber elegido ser del Madrid, o del Barça. Podría estar todo el día celebrando grandes triunfos, ser testigos de grandes fichajes. Pero no. He elegido ser de la UD. Las Palmas. He elegido ser del Equipo Manolo. Porque tengo una escusa para pasar tiempo con mi padre, compartir algo. Vivir alegrías y muchas derrotas. Sentir mariposas en el estómago los días de partido, verle llorar, verle enfadarse. Ver cómo, no tuvo suerte de tener un hijo al que llevar al fútbol, pero si una hija.

Así que, si en unos días sucede algo grande...ya tengo el dinero ahorrado. Pero si no tenemos la suerte, sigo teniendo el dinero ahorrado, las misma ilusión y un padre con el que compartir todo.


Un equipo por el que vivir.



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