Estás tan rodeada de gente, pero estás tan sola.
Te refugias en tu imaginación para internar sobrevivir a tu monótona vida, mientras ves que todo a tu alrededor avanza...todos siguen adelante. Tú te quedas aquí.
Quizás esa es la lección de mi vida: No importa cuántas charlas te den sobre eso de tomar locas decisiones, de no dejar escapar el tren, de abrir una ventana cuando una puerta se cierra y millones de frases hechas que en bocas de los otros suenan a simples estructuras mecanizadas para intentar alentarte a algo.
¿A qué?
Ojalá lo supiera.
Ahí es cuando volvería a mi cuerpo.
Estaría rodeada de gente sin sentirme sola.
Y no recurriría a la imaginación como modo de vida.
La viviría.
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