Adiós, casos sangrientos y despiadados.
Adiós, silencios y miradas de incredulidad mientras el humo del cigarro impregna todo.
Adiós ironías y discursos Holderianos.
Adiós, maravillosos paseos en el coche.
Ha sido un verdadero placer resolver casos con ustedes, vivir como se construía esa bonita amistad que tienen (y como se derrumbaba a momentos).
Ha sido un verdadero placer morir y revivir con ustedes.
Adiós, mi querida Linden. Adiós, mi querido Holder.
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